[dropcap color=”#336600″ font=”arial”]L[/dropcap]a ley Wert se aprueba hoy en el Congreso sin consenso y tras incorporar apenas una treintena de enmiendas de las más de 700 presentadas, en el penúltimo trámite antes de pasar al Senado para su aprobación definitiva a finales de noviembre o comienzos de diciembre.
Me considero una persona alegre y positiva, pero hoy estoy triste y desolada ante una ley de educación que promueve la segregación y la desigualdad. Una ley de educación sexista, clasista y partidista.
Tengo 42 años y la educación pública reglada que he recibido desde la EGB hasta la Universidad, con el texto en la mano, nunca ha sido tan sectaria en los años que llevamos de democracia. Me pregunto cómo es posible que retrocedamos al blanco y negro, que nuestros niños y niñas tengan ahora menos oportunidades.
Anteponer la ley del mercado, la promoción de las desigualdades, el cambio de religión a asignatura evaluable , la discriminación en función de sexo, la restricción del aprendizaje de las lenguas cooficiales, las reválidas, la diversificación de los itinerarios antes de acabar la secundaria obligatoria, la carrera de obstáculos de la educación profesional, y un claro favoritismo a las escuelas concertadas sobre las públicas etc. etc… Esto no es educación, es antieducación.
Debemos luchar por un modelo educativo consensuado, de calidad, que promueva y garantice la igualdad de oportunidades, la cohesión social y la libertad.
Por mucha mayoría que tengan esto ya es demasiado. Ante este despropósito tan grande, lo único que no podemos hacer es no hacer nada.
Cristina Maza, Secretària d’Educació i Cultura del PSC del Baix Llobregat