La Gerencia del Hospital  Moisès Broggi de Sant Joan Despí, ha decidido prescindir de 70 profesionales, la mayoría asistenciales, durante el mes de abril y se prevé que al mes de mayo, 30 personas más sean despedidas. Según fuentes del hospital, todas estas personas estaban ocupando plazas estructurales, y muchas de ellas trabajaban desde el 2010. Cómo que estas plazas no pueden quedar descubiertas, aseguran que la dirección del Centro está contratando a personal nuevo

El hospital Moisès Broggi fue inaugurado en 2010 y contribuyó de forma decisiva a descongestionar el sistema de salud público del Baix Llobregat sur y especialmente de Bellvitge. El centro da servicio en varias ciudades del Baix Llobregat, como Cornellà de Llobregat, Sant Joan Despí, Esplugues, Sant Just Desvern o Sant Vicenç dels Horts, entre otros.

Hace pocas semanas, el mismo Comité denunciaba la insostenible situación de las urgencias del Moisès Broggi; así como la amenaza de que una empresa privada tenga, mediante convenio, acceso a las instalaciones del hospital para tratar a sus pacientes.

Ahora, y ante los 70 despidos “encubiertos” realizados -en forma de no renovaciones de contrato-, y de la amenaza de que estos conitnuen, el Comité de empresa del Hospital de Sant Joan Despí denuncia la falta de reconocimiento de la Gerencia hacia los trabajadores del CSI y lo que es más grave, que “se vuelven a poner en peligro los equipos asistenciales al incorporarse 70 personas nuevas al Centro, en un periodo donde los trabajadores empiezan sus vacaciones”.

Así pues, el Comité alerta del peligro al que se está exponiendo a las personas usuarias de este hospital, puesto que mediante estos “despidos encubiertos -que pretenden evitar los costes que supondría mantener a estos profesionales en sus puestos de trabajo-; precarizan el servicio que ofrecerá el hospital, puesto que las personas de nueva contratación requerirán formación”.

“No podemos entender el despropósito de haber prescindido de trabajadores con experiencia y en cambio contratar a enfermeras recientemente licenciadas, que no saben ni cuántas unidades de insulina tienen que administrar a los pacientes, o auxiliares de enfermería que ni siquiera toman bien la temperatura corporal”, aseguran representantes del Comité.

Fuentes del hospital explican que “estamos totalmente desbordados y expuestos a una gran inseguridad por los problemas de salud que, la inexperiència de estos nuevos compañeros, puedan provocar a las personas que están ingresadas en el centro”; y denuncian que “prevalezca la economía por encima de la seguridad del paciente”

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